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3/24/2009

ENSAYO PARA UNA MUJER QUE HABITA EN EL SILENCIO


Es tu libertad una palabra desteñida. Te nombra el trigo en su conformación inocua; las golondrinas te prosiguen: has nacido dentro del vuelo, en el último punto de la espada y el ocre acento de las sílabas indemnes. Eres para la lluvia, lo mismo que para el cansado pensamiento. Me conoces como hace siglos una canción me pronunciaba. Tu boca, proximidad de círculo incesante, es húmeda en el espíritu. Eres agua, entonces. Agua que descubre la noche y la amenaza. Agua que convierte su reflejo en lenta sombra. Maduras como la fruta innumera sobre el arrollo de las palabras y los suspiros. Te escribo como se escribe el paisaje, la niebla, el aliento, la memoria. Sueño que imagina cicatrices. Párpado que contempla dentro de sí mismo una entraña cobijada. Mujer que perpetra mis vacíos, te asisto de caricias y aromas profanados. No dices aquello que el silencio transfigura. Permaneces recóndita, inmóvil, con tu carne abierta al oleaje de la espuma. Las pirámides se eternizan: ángulo, pulso súbito, ascendente, que diluye tu rostro en los márgenes invisibles. Las raíces se penetran una a otra, incansablemente: devorándose, sepultándose en el estío mineral de los orígenes. Evócame contra el mar y el resplandor de sus ondulaciones. Mi fiebre es una fiebre de hombre, y soledad, y muerte.


Por Fernando, Mexico

3/20/2009

Ironia

Esa tarde me encontré a la vida sentada en una silla viendo pasar a la nada, a su lado el tiempo tomaba un copa de vino y mirándola fijamente se preguntaba: ¿Que hacemos aquí, cual es el destino que nos depara? la vida lo ve con ternura y le besa la mejilla, se pone de pie y empieza a quitarse su vestido confeccionado con millares de recuerdos de todas las personas, el tiempo abraza a la vida y le dice aunque yo pase tu te quedaras pero ambos seremos eternos, la vida con una lágrima en los ojos le dice todas las vidas dependen del tiempo, pero yo dependo de aquel Creador.
Las luces se apagan y se oye un estruendo la vida se aterroriza y llama al tiempo, este le dice que a llegado su hora y como un ángel de alas negras ve que quien se acerca es la muerte. El sol sale de nuevo todo pasa y el mundo queda en nada, de aquel reloj de arena esta ya por caer el ultimo grano y de aquella rosa roja el ultimo pétalo. Se escucha un suspiro la vida comienza y se acaba y el tiempo vuelve a correr a paso lento o atolondrado entre paralelos y meridianos.